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Foto del escritorElisabet Soler Felsner

El lóbulo temporal

El cerebro se divide en cuatro grandes lóbulos, siendo estos el lóbulo temporal, el lóbulo frontal, el lóbulo parietal y el lóbulo occipital. Cada una de estas estructuras se puede delimitar anatómicamente de forma clara y precisa. Todos y cada uno de los lóbulos participa de forma conjunta en los diversos procesos cognitivos, conductuales y/o emocionales, si bien suelen atribuirse funciones concretas a lóbulos determinados.

Anatomía del lóbulo temporal

El lóbulo temporal es un área cerebral perfectamente delimitada que se inicia por debajo de la Cisura de Silvio y se prolonga hasta limitarse por la zona posterior de los lóbulos occipital y parietal. Si se realiza una división de los tejidos que lo conforman, encontramos que se divide en neocórtex y paleocórtex.


La parte externa del lóbulo se corresponde con el neocórtex y se divide en la circunvolución de Heschl (ubicada en el giro temporal superior), el giro temporal superior, el giro temporal medio y el giro temporal inferior.


La parte interna del lóbulo se corresponde con el paleocórtex que se divide en la circunvolución fusiforme, la circunvolución parahipocámpica, el uncus, el hipocampo y la amígdala.

Funciones del lóbulo temporal

El lóbulo temporal interviene en el lenguaje, la memoria, la audición, la integración sensorial y en regulación emocional.

  • Lenguaje: en el lóbulo temporal encontramos el Área de Wernicke, que se encuentra en el giro temporal superior y adyacente al giro temporal medio. La función principal de esta área es la de decodificar sonidos y comprender la parte fonológica y semántica del lenguaje, dándole así significado a los sonidos (tanto de forma oral como escrita). Es por ello que el lóbulo temporal se encuentra relacionado con la comprensión del lenguaje.

  • Memoria: el lóbulo temporal también interviene en el almacenamiento de la información que procesamos. De este modo, las zonas internas del lóbulo, hipocampo y estructuras adyacentes, son las principales estructuras involucradas en archivar la información que recibimos, permitiendo así su consolidación en la memoria. La parte externa del lóbulo temporal también interviene en la memoria, pero de forma menos específica que la interna.

  • Audición: en el lóbulo temporal se encuentra la denominada Circunvolución de Heschl, donde se localizan las áreas auditivas primarias. Estas áreas son las encargadas de procesar los estímulos auditivos que nos llegan a través del oído interno, es decir, de la información que recibimos de forma verbal del entorno. En la zona posterior del lóbulo temporal se sitúan las áreas auditivas de asociación que se encargan de procesar información auditiva de sonidos musicales o de otro tipo.

  • Integración sensorial: la zona posterior del lóbulo temporal, conjuntamente con las áreas visuales, trabaja en la integración de información visoauditiva. Es decir, el trabajo conjunto de ambas estructuras permite otorgar significado a los estímulos percibidos de forma visual.

  • Regulación emocional: el lóbulo temporal también participa proporcionando afectividad a la información que recibimos del entorno, gracias a su relación con el sistema límbico y otras estructuras como la amígdala o el hipocampo (estructuras relacionadas con la afectividad y emocionalidad).

Lesiones en el lóbulo temporal

Como hemos visto, el lóbulo temporal interviene o participa en varias funciones cognitivas y emocionales. Es por ello que una lesión en dicho lóbulo puede casar graves afectaciones a estas funciones. A lo largo de los años, se ha observado como una lesión en el lóbulo temporal puede provocar:


  • Trastornos del lenguaje: lesiones en el lóbulo temporal pueden provocar afasias (trastornos de comprensión y comunicación oral, escrita o leída). Las más comunes son:

o Afasia de Wernicke: provoca dificultades en la comprensión del lenguaje con incapacidad para repetir lo escuchado por terceras personas.

o Afasia de conducción: provoca incapacidad para repetir las palabras que llegan de forma auditiva.

o Afasia anómica: provoca dificultades en la denominación (dar nombre a los objetos).

  • Trastornos de memoria: una afectación de los lóbulos temporales mediales produce una grave amnesia anterógrada (incapacidad de memorizar información nueva). Por otro lado, se ha observado que una afectación en el lóbulo temporal izquierdo afecta a la memoria verbal, mientras que afectaciones del lóbulo temporal derecho afecta a la memoria visual (formas, mapas, caras) y musical.

  • Lesiones auditivas:

o Trastornos auditivos: En el caso de afectación unilateral, los daños son leves y a veces ni se perciben, ya que se produce un efecto de compensación gracias al canal auditivo sano. En casos leves, una afectación de las áreas auditivas primarias, se produce dificultad para discriminar sonidos aislados o de sonidos que se presentan a la vez. La afectación completa de ambas áreas primarias auditivas provoca la denominada sordera cortical, que es una pérdida de audición que impide procesar la información auditiva.


Por otro lado, se ha observado que una afectación de las áreas auditivas en el lado izquierdo produce dificultades en la discriminación de los sonidos orales, mientras que las lesiones en el lado derecho provocan dificultades en la localización de sonidos y en la discriminación del ritmo, timbre, sonoridad y tono de estímulos musicales.

También se ha observado como una afectación del lóbulo temporal del hemisferio dominante puede producir alucinaciones auditivas complejas, mientras que una lesión de la zona lateral superior del lóbulo temporal (independientemente del hemisferio) puede producir paracusias o alucinaciones auditivas en forma de murmullos, sonidos diversos, etc.


o Agnosias auditivas: lesiones en áreas asociativas del lóbulo temporal provoca agnosias auditivas y una disminución en la capacidad de reconocimiento del significado de estímulos acústicos no verbales. La agnosia puede afectar a diferentes niveles, ya sea en la comprensión de sonidos, para reconocer música o en comprensión verbal.

  • Trastornos de percepción visual: una afectación del lóbulo temporal no suele provocar graves afectaciones en la capacidad visual, pero si puede afectar a la percepción visual que suelen referirse a la capacidad de otorgar una etiqueta o nombre a un objeto cuando se reconoce (denominación).

  • Epilepsia del lóbulo temporal: la epilepsia del lóbulo temporal es una de las más estudiadas a lo largo de la historia. Es un tipo de epilepsia donde se produce pérdida de la conciencia que suele venir precedida de síntomas como la sensación epigástrica ascendente, que en el caso de la paciente en ocasiones ocurre antes de sufrir una desconexión del medio. Por otro lado, pueden presentar alteraciones del lenguaje cuando las crisis se producen en el hemisferio dominante. A nivel emocional se pueden observar síntomas como:

o Pedantería.

o Verborrea.

o Paranoia.

o Agresividad.

o Cambios en la conducta sexual.


También se puede observar en este tipo de epilepsia la denominada esclerosis temporal mesial, donde se produce afectación del hipocampo y que puede estar producida por traumatismos craneoencefálicos, hipoxia perinatal, genética o por causa desconocida. Afecta en los primeros 10 años de vida hasta la edad adulta y es la epilepsia más común que refiere cirugía para su tratamiento. Si bien tras la intervención suelen observarse dificultades en la memoria (verbal si es del hemisferio izquierdo y no verbal en el derecho), así como dificultades del lenguaje (en casos de cirugía en el hemisferio izquierdo).

  • Síndrome de Klüver-Bucy: es un síndrome provocado por enfermedades como una demencia, una infección, un ictus o por traumatismos craneoencefálicos, donde se ve afectada la el lóbulo temporal (la zona medial), además de la amígdala, hipocampo y uncus. Este síndrome se caracteriza por:

o Pasividad e indiferencia ante estímulos externos.

o Necesidad de examinar e identificar objetos con la boca, sin tener en cuenta si son peligrosos o no (hiperoralidad).

o Necesidad de examinar el entorno y sus objetos de forma impulsiva e incontrolada (hipermetamorfopsia).

o Aumento de la actividad sexual con una frecuencia elevada o exagerada (hipersexualidad).

o Posible desaparición de sensación de miedo, debido a la destrucción de la amígdala.


Referencias bibliográficas


Muñoz Marrón, E. (2019). Bases neuroanatómicas del lenguaje. Editorial UOC.


Parra-Díaz, P. y García-Casares, N. (2019). Evaluación de la memoria en la epilepsia del lóbulo temporal para predecir sus cambios tras la cirugía. Una revisión sistemática. Revista de Neurología, 34(9), 596-606. https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0213485317301500?token=D5DCD7FECB20936749E701A5615D9E2588F158AD33D1CBBB3F7D0D6E98E55C8EA93C07EDEF380BBBB35EB20E9398F186&originRegion=eu-west-1&originCreation=20220103165849


Portellano, J. A. (2005). Introducción a la neuropsicología (pp. 94-97). McGraw Hill.


Sala Padró, J. y López, B. (2021). Neuropsicología de la epilepsia. Editorial UOC. https://materials.campus.uoc.edu/daisy/Materials/PID_00278884/pdf/PID_00278884.pdf

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