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Foto del escritorElisabet Soler Felsner

Espina bífida

Con motivo del Día Internacional de la Espina Bífida ponemos el foco en esta afección que afecta a muchos menores desde el momento en que nacen y que repercuten en toda su vida adolescente y adulta.

Qué es la espina bífida

La espina bífida es una afectación localizada en la columna vertebral observable en el nacimiento de un bebé, debido a un mal desarrollo en que no se completa el cierre del tubo neural en alguna parte de la columna vertebral.



De este modo, la espina bífida es una malformación congénita donde, normalmente, se produce un daño en la médula espinal y los nervios (al no estar debidamente protegidos). Estos daños a nivel medular y de nervios pueden provocar una serie de afectaciones a nivel físico y neuropsicológico, que pueden resultar en discapacidades físicas e intelectuales.

La gravedad del daño físico y/o intelectual dependerá de una serie de factores como:

  • Lugar en que se encuentra la apertura en la columna.

  • Tamaño de la apertura.

  • Afectación de la médula y los nervios.

Tipos de espina bífida

La espina bífida puede clasificarse en función de la apertura y existencia o no de saco:

  • Espina bífida oculta: es el tipo más leve. En este caso, la espina bífida está oculta en un pequeño hueco de la columna, pero sin que se observa apertura o saco en la espalda. En la mayoría de los casos la médula y los nervios no se ven afectados y suele detectarse en edades más avanzadas de la infancia, adolescencia o edad adulta. Al no haber daños a nivel medular o de nervios, no se suelen observar dificultades en estas personas.

  • Mielomeningocele: es el tipo más grave. En este caso la apertura en la espalda no solo es evidente, sino que además se aprecia un saco de líquido donde se localiza médula espinal y nervios. En estos casos, las personas que lo padecen suelen presentar dificultades entre moderadas y graves a nivel físico (ir al baño solo, insensibilidad en las piernas, control de esfñinteres, etc.) y neuropsicológico (desorientación, discapacidad intelectual, problemas de conducta, etc.).

  • Meningocele: es una variante del mielomeningocele donde se observa la apertura en la columna y la formación de un saco de líquido. No obstante, en este saco no se encuentra la medula espinal ni los nervios. Los daños a nivel medular y nervioso es menor o nulo, provocando así afectaciones físicas e neuropsicológicas más leves.

Diagnóstico de la espina bífida

La espina bífida puede ser detectada durante el periodo de gestación del bebé (embarazo) o tras el nacimiento. Si bien la variante de espina bífida oculta puede no ser detectada hasta mucho más adelante.

En el embarazo se pueden realizar una serie de pruebas prenatales que permiten observar si el bebé presenta defectos congénitos, entre ellos la espina bífida.


En aquellos casos en que no es posible la detección durante el embarazo, se detecta tras el nacimiento. En estos casos, en la zona afectada puede observarse un hoyuelo, marcas de nacimiento o mechones de pelo, que deben ser debidamente estudiados con diversas pruebas médicas (radiografías, resonancias, etc.) para descartar o confirmar el diagnóstico.


Causas y prevención de la espina bífida

Se considera que existen factores genéticos, nutricionales y ambientales que favorecen la aparición de la espina bífida, si bien no hay una causa concreta o determinante. También se ha observado que en caso de tener hijos con espina bífida aumenta la probabilidad de nacimiento de otros hijos con espina bífida.


Aun así, existen una serie de actuaciones que pueden llevarse a cabo para prevenir el riesgo de aparición de espina bífida.

  • Ácido fólico: se recomienda el consumo diario de ácido fólico durante el embarazo (pautado por un médico).

  • Suplementos y vitaminas: El uso de algunas vitaminas o suplementos (vitamina B9) que pueda recomendar el médico pueden ayudar en la prevención.

  • Tener buena salud durante el embarazo: es importante que la salud de la madre durante el embarazo sea la mejor para favorecer el buen desarrollo del bebé. Asimismo, es importante controlar afecciones médicas como la diabetes o la obesidad y evitar aumentos de la temperatura corporal, ya que se ha relacionado estos tres factores con un aumento de riesgo.

  • Mantener una dieta sana y equilibrada: se recomienda seguir dietas con consumo de alimentos ricos en ácido fólico.

Tratamiento en la espina bífida

El tipo de tratamiento de la espina bífida depende de la gravedad de la misma. En los casos de espina bífida oculta no suele requerirse tratamiento puesto que la afectación es nula. No obstante, en la mielomeningocele y meningocele sí que se requiere de tratamientos para tratar la espina bífida. Algunas de las actuaciones que pueden llevarse a cabo para el tratamiento de la espina bífida son:

  • Cirugía: es posible realizar cirugía antes del nacimiento, cuando el bebé aún se encuentra en periodo de gestación. De este modo, la cirugía permite reparar la medula espinal del bebé. Tras el nacimiento también suele llevarse a cabo una intervención quirúrgica en que el saco se coloca dentro del cuerpo y se protege cubriéndolo con músculo y piel.

  • Herramientas de soporte: para aquellos pacientes donde la movilidad se vea reducida puede ser necesario el uso de herramientas de soporte como muletas, cillas de ruedas, etc. que ayuden a mejorar la movilidad.

  • Fisioterapia: para prevenir la insensibilidad o disfuncionalidad de las piernas el uso de fisioterapia puede ser vital.

  • Evaluación intestinal y de esfínteres: en los pacientes donde existan problemas de control intestinal y de vejiga se pueden producir graves afectaciones en la salud de estos órganos. Es por ello que se controla la función de estos y pueden tratarse con el uso de medicamentos, catéter (para la vejiga) o cirugía.

El mejor tratamiento para una persona que sufre espina bífida es aquel individual y adaptado en función de la gravedad de la enfermedad y las necesidades de la persona. Para ello es muy importante que se realice un trabajo multidisciplinar en que participen diversos profesionales (médicos, neuropsicólogos, cirujanos, fisioterapeutas, dietistas, profesores, etc.) y que permitan al paciente desarrollarse lo mejor posible en las diversas áreas de su vida y conseguir la máxima autonomía y funcionalidad.


Referencias bibliográficas


Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. (2022). Espina bífida. https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/spinabifida/facts.html


Coronas Turmo, S., Comet Cepero, B., Espeso Ambroj, N., Saiz Ferrer, A. y Blasco Pérez, N. (2022). Espina bífida. Artículo monográfico. Revista Sanitaria de Investigación, 3(3). https://revistasanitariadeinvestigacion.com/espina-bifida-articulo-monografico/


Jauffret, E. (2006). Espina bífida. EMC-Kinesiterapia-Medicina Física, 27(3), 1-24. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1293296506471012

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