Cuando se da una derivación a Neuropsicología hay mucho desconocimiento de qué sucede en las primeras sesiones. Si no sabes qué papel tiene un/a neuropsicólogo/a te invitamos a leer el post dedicado a ello. La evaluación neuropsicológica es la herramienta que utiliza el neuropsicólogo clínico para valorar las funciones cognitivas conductuales y emocionales de la persona. En este post vamos a conocer qué es la evaluación neuropsicológica, que finalidad tiene y qué podemos esperar de estas sesiones.
¿Qué es la evaluación neuropsicológica?
La evaluación neuropsicológica es un método para examinar el funcionamiento cerebral superior a través del estudio del comportamiento, con la ayuda de técnicas, modelos teóricos y procedimientos de la psicología, tales como test, entrevistas, escalas estandarizadas y cuestionarios, que contemplan índices sensibles y precisos de comportamiento.
La exploración neuropsicológica permite detectar las variaciones que se producen en el cerebro a nivel estructural o funcional.
Habitualmente, la evaluación neuropsicológica se ha utilizado para llegar a un diagnóstico. Sin embargo, con el paso del tiempo son más los motivos por los que se deriva a los servicios de neuropsicología. Como veremos, la exploración neuropsicológica también se dirige a otras demandas como la elaboración de un pronóstico de recuperación, la predicción de la capacidad de una persona para la realización de actividades diarias, la evaluación de la eficacia de un determinado tratamiento, entre muchas otras.
Así pues, las funciones del neuropsicólogo dentro de los servicios sanitarios respecto a la evaluación neuropsicológica son muchos y variados.
Quejas más comunes que pueden conducir a una derivación al servicio de neuropsicología:
Problemas en la memoria: olvidar eventos o conversaciones del día a día
Perder objetos con frecuencia
Confusión y desorientación
Problemas en la orientación
Cambio en el comportamiento que no se explica por otras causas
Problemas para tomar decisiones
Dificultad para gestionar el dinero
Dificultad para reconocer a algunas personas familiares
Problemas de atención y concentración (perderse en las conversaciones, manifestar confusión, no poder mantener la lectura, etc.)
Dificultad para encontrar palabras o discursos más pobres
Objetivos de la evaluación neuropsicológica
Si tuviéramos que destacar el principal objetivo de la evaluación neuropsicológica sería el de identificar las consecuencias conductuales, emocionales y cognitivas de la disfunción cerebral, mediante el análisis de los déficits cognitivos (qué no puede hacer el paciente), los procesos cognitivos preservados (qué puede hacer el paciente) y la forma en que el sujeto se desenvuelve en la vida cotidiana.
Un examen neurológico no tiene un único objetivo, sino que podemos diferenciar varios. Lezak et al. (2012) propone seis posibles objetivos o respuestas de la exploración neuropsicológica.
1. Diagnóstico. La evaluación neuropsicológica puede ser útil para detectar la existencia de disfunciones cerebrales. Permitirá hacer un diagnóstico diferencial entre diferentes enfermedades neurológicas (por ejemplo, entre una demencia de tipo enfermedad de Alzheimer o el deterioro cognitivo leve) o entre enfermedades neurológicas y trastornos psiquiátricos, que pueden manifestarse en forma de alteraciones cognitivas, pero sin presentar lesiones estructurales.
2. Descripción del estado neuropsicológico de una persona. La evaluación neuropsicológica reflejará o no la existencia de alteraciones cognitivas y permitirá detallar como una enfermedad o lesión afecta a la conducta, las emociones y las funciones cognitivas. También permitirá detectar la presencia de puntos fuertes o las funciones cognitivas que se encuentran preservadas o cuyo funcionamiento está por encima de la media.
3. Planificación del tratamiento o la derivación a otros servicios. Este objetivo se refiere a identificar si el paciente es buen candidato o no para un tipo de tratamiento específico. Evalúa con el fin de proporcionar al paciente los recursos o tratamientos más adecuados. A partir de la exploración neuropsicológica se podrá diseñar el programa de rehabilitación individualizado a partir de las limitaciones y los puntos fuertes, con el fin de optimizar el funcionamiento independiente y la calidad de vida.
4. Valoración de los efectos de un tratamiento. Tras iniciar un tratamiento es necesario ir evaluando en el tiempo la evolución del paciente para saber si el tratamiento proporcionado está logrando rehabilitar o estimular las funciones cognitivas o conductuales propuestas. Por ello, es importante contar con pruebas que permitan operativizar y medir el cambio.
5. Investigación: la evaluación neuropsicológica permite identificar los procesos cognitivos y emocionales que subyacen a determinadas estructuras o circuitos cerebrales. Esto permitirá conocer más acerca del funcionamiento del sistema nervioso, estudiar fármacos, diseñar nuevas herramientas de evaluación y tratamiento, etc.
6. Aplicaciones forenses: las evaluaciones neuropsicológicas forenses tienen el objetivo de determinar hasta qué punto un determinado evento o accidente ha producido una lesión cerebral, la cual puede afectar a la capacidad de toma de decisiones, a la capacidad laboral o si es capaz de gestionar su vida de forma independiente.
El proceso de evaluación neuropsicológica
Revisión de informes anteriores
La primera fase, y en los casos en los que existan documentos previos, se deberá recoger todos los informes, tratamientos (médico, farmacológico, psicológico, físico, logopédico) y pruebas de neuroimagen disponibles.
Toda esta información va a permitir conocer la causa de la lesión, el grado de gravedad inicial, la localización de la lesión, el tiempo de hospitalización, la situación física, cognitiva y funcional, todos los tratamientos que ha recibido el paciente y si han sido efectivos, la presencia o ausencia de complicaciones, así como la evolución de los síntomas.
Con esta información previa, el profesional va a poder adaptar cada instrumento de evaluación posterior a las necesidades del paciente con el objetivo de que cualquier tipo de déficit no implique un problema para el conocimiento del estado cognitivo.
Entrevista al paciente y familiares
La segunda fase cuenta con distintos objetivos. El primero es crear un clima de confianza, apoyo y seguridad a partir del cual ir conociendo la situación. El segundo objetivo es conocer la situación del paciente de forma exhaustiva.
La información que obtener durante esta valoración inicial:
Datos personales.
Datos de la enfermedad: fecha de la lesión, tipo de lesión, hospital de ingreso, duración de la hospitalización, tratamientos recibidos (tipo y duración), remisión de informes, puntuación en la escala de coma de Glasgow, tiempo en coma, duración de la amnesia postraumática, pruebas de neuroimagen (localización lesión), medicación actual.
Aspectos funcionales: actividades básicas e instrumentales de la vida diaria y necesidad de un cuidador.
Conciencia de enfermedad: percepción de la actual situación, detalle de los cambios cognitivos y conductuales, identificación de limitaciones, expectativas futuras, nivel de percepción de dependencia, objetivo de intervención prioritaria.
Estado emocional: ansiedad, estrés y depresión.
Familia: percepción de la situación cognitiva, identificación de cambios conductuales, mecanismos de reorganización, carga familiar, estrés, expectativas de recuperación, objetivos prioritarios de intervención.
Valoración neuropsicológica, emocional y funcionamiento de la vida diaria
Antes de empezar a pasar pruebas es importante tener en cuenta que la persona evaluada puede no saber exactamente que va a suceder o porqué se requiere realizar la exploración neuropsicológica. Lezak at al. (2012) proponen algunos aspectos que deben ser explicados al paciente en la entrevista y valoración inicial antes de iniciar el examen con la finalidad de potenciar su colaboración: cual es el propósito y la naturaleza del examen, como se va a utilizar la información recabada, garantizar la confidencialidad, indicarle cómo y cuándo se informará de los resultados, una breve explicación de las tareas a realizar y preguntar sobre qué piensa acerca de la evaluación y cómo se siente.
Vamos a explicar ahora las principales herramientas utilizadas.
Escalas breves de rastreo cognitivo
Es muy habitual iniciar la valoración cognitiva mediante tests de screening. Son test fáciles y breves de aplicar (entre 5 y 30 minutos), que constan de varias preguntas relacionadas con las diferentes funciones intelectuales (atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, percepción, habilidades visoconstructivas…). La puntuación global obtenida sirve para discernir entre normal y patológico, y para destacar los sujetos que precisen una evaluación neuropsicológica más detallada. Se han mostrado útiles para detectar un deterioro cognitivo general.
Tras aplicar estos test de screening se suele tener una base de la que partir y se pueden aplicar pruebas más específicas sobre aquellas funciones que se necesite una exploración más detallada.
Baterías generales y pruebas específicas
Hay infinitud de pruebas neuropsicológicas. La valoración neuropsicológica se realiza principalmente con la aplicación de pruebas neuropsicológicas específicas. Estas pruebas no se administran de forma indiscriminada a todos los pacientes. La selección de unos instrumentos de evaluación va a depender de diferentes factores:
• Características culturales y sociales: factores como la edad, el nivel cultural previo, la nacionalidad o lengua materna son factores que pueden influir en gran medida en los resultados.
• Características de la patología: debemos tener en cuenta la existencia o no de déficits motores y sensitivos, el nivel de alerta y estado de conciencia, así como el grado de deterioro cognitivo o la fase en la que se encuentra la persona.
• Objetivo de la valoración: puede consistir en la emisión de un diagnóstico o en la valoración de un proceso concreto; si es la rehabilitación o la neurocirugía; si es la elaboración de un informe médico-legal; etc. Atendiendo al objetivo necesitado, se plantea una metodología distinta, unas pruebas y/o escalas, un pronóstico y una valoración de repercusiones funcionales.
• Características de las pruebas para la selección. Hay una serie de requerimientos que hacen a las pruebas válidas. Estas pruebas deben caracterizarse por:
Sensibilidad. La prueba tiene que ser sensible para detectar cambios significativos.
Especificidad: el instrumento debe ser capaz de valorar el proceso específico del que pretendemos conocer su funcionamiento.
Validez ecológica: cada instrumento debe ser capaz de valorar las repercusiones de cada disfunción cognitiva en la vida diaria de cada persona.
Fiabilidad: intrasujeto (los resultados se reproducen al ser pasado por el mismo sujeto en diferentes momentos); intersujeto (los resultados se reproducen al ser pasado a diferentes sujetos); test-retest (la probabilidad de que un sujeto puntúe igual en una prueba, asumiendo que no existen cambios en su estado).
• Tiempo disponible: las valoraciones neuropsicológicas pueden ser muy extensas. Habitualmente, no se dispone de tanto tiempo o las características de la persona hacen inviable alguna parte de alguna prueba. Sin embargo, en algunos casos es imprescindible la aplicación del protocolo entero para disponer de una información detallada del rendimiento en general.
Así, podemos encontrar diferentes pruebas específicas por funciones cognitivas:
Valoración de la orientación
Valoración de la atención
Valoración de la memoria
Valoración de las funciones ejecutivas
Valoración del lenguaje
Valoración de habilidades motoras y praxias
Valoración de procesos perceptivos (gnosis)
Valoración del rendimiento intelectual global
Una exploración neuropsicológica debe incluir la evaluación de las alteraciones conductuales y emocionales. Además de la funcionalidad de la persona en su vida cotidiana. Esta valoración se puede utilizar con escalas, cuestionarios, etc.
Interpretación de los resultados de la valoración
Una vez se haya evaluado al paciente mediante las distintas pruebas será posible realizar la interpretación global de los resultados. Realizar una adecuada interpretación de los resultados obte- nidos es fundamental para, posteriormente, realizar un diag- nóstico adecuado o determinar la afectación de determinados procesos cognitivos y la presencia de habilidades preservadas.
Interpretar los resultados de un test no significa simplemente determinar si la puntuación obtenida se encuentra por encima o por debajo de unos valores normativos establecidos.
Las puntuaciones numéricas de un test sólo van a tener significado en el contexto global de la valoración neuropsicológica y se debe tener en cuenta no solo la información cuantitativa extraída de las pruebas sino también la información cualitativa extraída a lo largo de todo el proceso de valoración.
A través de la observación del paciente podemos recibir información sobre como de adapta y reacciona ante determinadas preguntas o situaciones. La actitud del paciente, su estado emocional, el nivel cultural, las habilidades motoras y sensoriales, la velocidad de procesamiento de información, la aparición de fatiga, rendimiento atencional, dificultades mnésicas (que requieran repetir varias veces las instrucciones de la prueba), déficit de comprensión, los déficit lingüísticos, etc., van a ser otros factores que van a estar influyendo en los resultados de las pruebas y la interpretación.
Algo que es importante entender y que nos convierte en verdaderos clínicos es precisamente la incorporación de toda esta información en su conjunto. La aplicación de distintas pruebas no nos indica nada más allá de unas puntuaciones. Los y las profesionales de la neuropsicología no aplicamos meros tests (sino seríamos testólogos), sino que interpretamos en conjunto toda la información para dar respuesta a una demanda o motivo de consulta.
Comunicación de resultados y elaboración del informe neuropsicológico
Tras haber realizado una exploración neuropsicológica es importante realizar la devolución de la información al paciente y sus familiares, o a los interesados principales de la valoración.
Un informe neuropsicológico completo debería incluir:
1. Datos personales
2. Fecha de evaluación
3. Motivo de consulta
4. Historia clínica
5. Observación durante la evaluación
6. Evaluación neuropsicológica
7. Resultados e interpretación
8. Conclusiones, juicio clínico y diagnóstico
9. Recomendaciones
Referencias
Ardila, A., & Ostrosky, F. (2012). Guía para el diagnóstico neuropsicológico.
Blázquez-Alisente, J. L., González-Rodríguez, B., & Paúl-Lapedriza, N. (2011). La evaluación neuropsicológica. En Manual de neuropsicología (2.a ed., pp. 33-56). Viguera Editores.
Hebben, N., Milberg, W., Vélez Espinosa, G. María., & Viveros Fuentes, S. (2011). Fundamentos para la evaluación neuropsicológica (1a ed). Manual Moderno.
Lezak, M. D. (Ed.). (2012). Neuropsychological assessment (5th ed). Oxford University Press.
Noreña Martínez, D. de, González, B., & Muñoz Marrón, E. (2019). Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos (Primera edición digital). Editorial UOC.
Portellano, J. A. (2011). Introducción a la neuropsicología. McGraw-Hill España.
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