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La sinapsis: ¿cómo se comunican las neuronas?

Ya vimos que las neuronas son las células especializadas en recibir y transmitir la información que proviene de nuestro cuerpo y del exterior. Así pues, la función de las neuronas es comunicar. Las neuronas transmiten esa información de unas a otras, pero… ¿cómo se “hablan” estas neuronas? Vamos a ello.



La sinapsis

Las neuronas se comunican entre sí por medio de las denominadas sinapsis o conexiones sinápticas. Las neuronas no se encuentran unidas entre sí, sino que hay un espacio minúsculo entre ellas llamado espacio sináptico, tal como demostró Santiago-Ramón y Cajal con la Teoría de la Neurona. El concepto de sinapsis, acuñado por Charles Scott Sherrington (1857-1952), es un proceso fundamental para el funcionamiento de nuestro cuerpo y para la consolidación de nuestros aprendizajes.


Cada neurona establece sinapsis con muchas otras neuronas. Aproximadamente, nuestro cerebro está formado por más de 100.000 millones de neuronas, y se ha estimado que cada neurona forma unas 10.000 sinapsis con otras neuronas. Se puede captar la gran complejidad de nuestro entramado neuronal.


De forma general, una neurona capta la información por las dendritas, pasan la información por el soma o cuerpo celular y va transmitiendo la información por el axón. Al llegar al final del axón se encuentran unas prolongaciones, los botones terminales que tienen contacto con el espacio sináptico y con las membranas de las dendritas de la siguiente neurona. Así se irá transmitiendo el impulso nervioso. La sinapsis sería ese momento en que se conecta una neurona con la otra en el espacio sináptico.

Las sinapsis requieren la presencia de tres componentes:

  • Neurona presináptica: es la neurona que envía la información hacia otra. Es el emisor de la información.

  • Espacio sináptico: es el espacio o hendidura que existe entre dos neuronas. Generalmente, es de entre 20 y 40 nanómetros.

  • Neurona postsináptica: es la neurona que recibe la información. Es el receptor de la información.


Hoy en día se conocen dos tipos de sinapsis: la sinapsis química y la eléctrica. Las sinapsis más frecuentes con las químicas.


Sinapsis química


En esta sinapsis la información se transmite de forma química a través de los neurotransmisores. Los neurotransmisores son unas moléculas que funcionan de mensajeros. Algunos son la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad), la dopamina, adrenalina, endorfinas, acetilcolina, etc. Cada neurotransmisor tiene el poder de transmitir mensajes de una neurona a la siguiente, y dependiendo del tipo producirá unos efectos u otros.


La transmisión química es un proceso muy pero que muy complejo. De forma muy resumida, se produce de la siguiente manera:

  1. La información llega en forma de potencial de acción (impulso nervioso) a través del axón hasta la membrana presináptica.

  2. Se liberan los neurotransmisores en el espacio sináptico

  3. Los neurotransmisores se unen a los receptores de la membrana postsináptica.

  4. La neurona postsináptica recibe la información y envía la información al cuerpo o soma.



Para una información más detallada puedes visualizar este video, que lo explica de forma muy amena.


Sinapsis eléctrica

En este tipo de sinapsis, las membranas de las neuronas se encuentran en contacto por medio de unas zonas que se conocen como uniones íntimas o uniones gap. Estas uniones permiten que circulen iones y pequeñas moléculas de una neurona a la otra, de forma unidireccional o bidireccional, por lo que es difícil diferenciar cual es la neurona presináptica y cuál la postsináptica. A diferencia de las sinapsis químicas, las sinapsis eléctricas transmiten la información de forma inmediata, ya que no es necesaria la intervención de neurotransmisores.



Sinapsis, plasticidad sináptica y ambiente

En el momento del nacimiento, un bebé nace con unas 100.000 neuronas pero con escasas conexiones entre ellas. Sobre todo durante la primera infancia (0-6 años), es cuando más conexiones neuronales se establecen. Hoy en día se cree que en los primeros años de un niño se pueden llegar a formar entre 700 y 1000 nuevas conexiones por segundo. Cada vez que aprendemos o vivimos una nueva experiencia se establecen una serie de conexiones neuronales, y este hecho continúa durante toda nuestra vida.


Hoy en día se sabe que las conexiones sinápticas entre las neuronas no son estáticas, sino que las modificaciones entre ellas son constantes y dependen de las actividades y las experiencias que vivamos. Así, los estímulos del exterior pueden provocar que algunas sinapsis se potencien, mientras que otras se debiliten. Este proceso, conocido como plasticidad sináptica. resulta esencial para el aprendizaje y la memoria. Por tanto, es de vital importancia la estimulación que recibimos diariamente del entorno para la formación de nuevas conexiones neuronales.


Cada vez que se adquieren conocimientos nuevos y se ven practicados repetidamente refuerzan las conexiones sinápticas y se mejora la eficacia de la transmisión sináptica. Es por ello que, por ejemplo, con la práctica de cierto instrumento vamos mejorando y “ganando soltura”. La práctica repetida de un aprendizaje lo consolida en nuestra cabeza.



Referencias bibliográficas

Redolar Ripoll, D. (2014). Fundamentos de psicobiología (2a. ed.). Editorial UOC.

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