Habitualmente se ha asociado las demencias como enfermedades o patologías propias de la tercera edad, ya que el principal riesgo para padecer cualquier deterioro cognitivo o demencia es la edad. No es de extrañar, por tanto, que con el envejecimiento progresivo de la población haya aumentado el número de personas mayores con patologías asociadas a la edad, como las demencias. En 2015, la OMS estimó que aproximadamente 47 millones de personas en el mundo se encuentran afectadas por las diferentes formas de la demencia y se estima que en 2030 puede llegar a afectar a unos 75 millones de personas.
Actualmente se considera a las demencias o a los trastornos neurocognitivos como uno de los principales problemas de salud mundial, y por ello se necesitan dedicar recursos a la prevención, a la promoción del envejecimiento activo y saludable, a la detección y el diagnóstico precoz del deterioro cognitivo leve y las demencias.
¿Qué son las demencias?
Se conoce como demencia a la patología que provoca una pérdida de las funciones cognitivas, generalmente de forma progresiva, las cuales impiden la realización de las actividades de la vida diaria de forma habitual. De forma general, suelen verse afectadas la memoria, la capacidad de razonamiento y/o el control emocional, y el paciente no suele ser consciente de la situación que está viviendo.
Las demencias son patologías producidas por enfermedades neurodegenerativos o secundarias a patologías como los accidentes cerebrovasculares o los traumatismos craneoencefálicos. Las demencias provocan un deterioro cognitivo que interfiere en la realización de las actividades diarias, en la conducta y en la autonomía de las personas.
Existen múltiples tipos de demencia, algunas reversibles, pero en su mayoría son irreversibles. La capacidad cognitiva que más frecuentemente se altera es la memoria, aunque también pueden verse afectadas el lenguaje, la capacidad de razonamiento y de resolución de problemas, las habilidades de coordinación y destreza motora, entre otras. Estas alteraciones llevan a problemas de conducta y a problemas neuropsiquiátricos como los cambios en el estado de ánimo, desinhibición, agitación, alucinaciones e insomnio.
Criterios para el diagnóstico de las demencias
Los criterios de la National Institute on Aging y la Alzheimer's Association (NIA-AA) para el diagnóstico de demencia por cualquier causa de darse cuando existen síntomas cognitivos o conductuales que:
Interfieren con la capacidad de funcionar normalmente en el trabajo o en las actividades habituales
Suponen un deterioro con respecto a los niveles de rendimiento y funcionamiento previos
No se explican por la presencia de un delirium o de un trastorno psiquiátrico mayor
Se detectan y diagnostican por la combinación de la historia clínica obtenida en la entrevista con el paciente y un informador que lo conoce, y la valoración objetiva del estado mental, bien sea una evaluación neuropsicológica formal o una evaluación cognitiva en la cabecera del paciente
La alteración cognitiva o conductual involucra al menos dos de los cinco siguientes aspectos:
a) Capacidad alterada de adquirir y recordar nueva información
b) Alteración o cambios en el razonamiento, manejo de tareas complejas o capacidad de juicio
c) Alteración de las capacidades perceptivas y visuoespaciales
d) Alteración de las funciones del lenguaje
e) Cambio de personalidad o en el comportamiento
En términos generales, se puede sospechar de un diagnóstico de demencia cuando hay un cambio evidente e importante en el funcionamiento cognitivo que le impide realizar las actividades de la vida diaria de forma independiente o habitual.
Clasificación de las demencias
Las demencias se pueden clasificar de acuerdo a distintos criterios. Las demencias se suelen clasificar según el área lesionada (clasificación anatómica) o según su etiología (según la causa que la provoca).
Clasificación anatómica
La clasificación anatómica divide las demencias en corticales, subcorticales y combinadas.
Demencias corticales: engloban aquellas demencias que producen alteraciones en funciones corticales como problemas de orientación, memoria o lenguaje, entre otras.
Demencias subcorticales: aparecen con síntomas relacionados con disfunción de áreas situadas bajo el córtex cerebral, como el núcleo estriado, tálamo, sustancia blanca, tronco cerebral y cerebelo. La sintomatología recoge retardo psicomotor, alteraciones motoras, apatía y trastornos de la memoria.
Clasificación etiológica
Habitualmente se suelen clasificar las demencias según su etiología o causa, dividiéndose en demencias degenerativas primarias, demencias secundarias y demencias combinadas o mixtas.
Demencias degenerativas primarias. Son producidas por enfermedades degenerativas e irreversibles que afectan al sistema nervioso. Ejemplo e ellas son la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad por cuerpos de Lewy, la demencia frontotemporal y la demencia asociada al Parkinson. Son el tipo de demencias más frecuentes.
Demencias secundarias. Son demencias producidas por trastornos neurológicos que no son degenerativos y enfermedades de tipo vascular, inflamatorio, infeccioso, hidrocefalia, tumoral, traumática, endocrinas o metabólicas, etc. Suele decirse que son reversibles siempre y cuando se trate a tiempo.
Principales tipos de demencias
Enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es la demencia degenerativa más frecuente, suponiendo más de la mitad de todos los diagnósticos de demencia. La mayoría de las veces se presenta en personas mayores de 65 años, aunque también puede aparecer anteriormente. Se ha observado que es más frecuente en las mujeres. El diagnóstico de la enfermedad es clínico y lo realiza un neurólogo.
Es un trastorno neurodegenerativo de inicio insidioso y se caracteriza por el deterioro progresivo e irreversible de las funciones cerebrales superiores con pérdida de memoria, capacidad de razonamiento y el lenguaje. También son característicos una serie de síntomas no cognitivos, entre los que destacan los de tipo depresivo o psicótico y los trastornos del comportamiento.
Al inicio de la enfermedad tiende a manifestarse la pérdida de memoria a corto plazo y a medida que avanza la enfermedad se produce un empeoramiento del pensamiento se va perdiendo la iniciativa conductual y cognitiva. Los enfermos afectados no tienen conciencia de sus déficits.
Demencia con cuerpos de Lewy
Es una enfermedad neurodegenerativa que representa aproximadamente el 10-20% de todas las demencias, siendo la segunda causa de demencia degenerativa en personas mayores. Se ha observado que afecta igualmente a hombres y mujeres y tiene un curso progresivo.
Clínicamente se caracteriza por una combinación de trastornos motores, cognitivos y psiquiátricos. Los enfermos afectados muestran deterioro cognitivo evidente, acompañado de fluctuaciones cognitivas, parkinsonismo de leve a moderado y alucinaciones visuales.
Demencia vascular
La demencia vascular es la tercera causa de demencia y representa entre un 10-20% de todos los casos de demencia. Comprende un grupo de alteraciones cognitivas causadas por lesiones cerebrales producidas por enfermedades cerebrovasculares. Suele producirse tras la aparición de ictus, embolias, malformaciones en los vasos sanguíneos o derrames cerebrales.
Hay una serie de factores de riesgo para padecer este tipo de demencia que son: hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares.
En este tipo de demencia podemos encontrar gran variedad en los síntomas cognitivos, ya que van a depender mucho de la causa y la localización de las lesiones cerebrales. Su progresión y pronóstico son también muy variables. Frecuentemente suelen aparecer enlentecimiento de la velocidad de procesamiento, alteraciones de atención y las funciones ejecutivas.
Demencia frontotemporal
La demencia frontotemporal es una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por alteraciones importantes en el comportamiento, en la personalidad y en el lenguaje. Tiene un inicio insidioso y una progresión lenta en la alteración de las funciones cognitivas. Es, después de la Enfermedad de Alzheimer, la demencia más frecuente en personas menores de 65 años, representando aproximadamente un 10% de todas las demencias.
Se caracteriza, fundamentalmente, por la presencia de cambios conductuales, desinhibición, apatía, impulsividad y deterioro de las funciones ejecutivas.
Demencia asociada a la Enfermedad de Parkinson
La demencia en la enfermedad de Parkinson parece ser una complicación no motora más común de lo que se pensaba, ya que aproximadamente el 30% de los pacientes con enfermedad de Parkinson sufren de deterioro cognitivo y demencia. En general, se ha observado que las personas con enfermedad de Parkinson tienen un riesgo mayor a padecer demencia en comparación con la población en general.
La demencia asociada a la enfermedad de Parkinson se caracteriza por un deterioro cognitivo lentamente progresivo, con síndrome disejecutivo predominante y con una amplia variedad de síntomas conductuales como alucinaciones, depresión, ansiedad y somnolencia diurna excesiva.
Detección precoz del deterioro cognitivo y las demencias
El aumento de personas afectadas por demencia que está viviendo nuestra sociedad remarca la importancia de la prevención y de los beneficios de la detección y el diagnóstico precoz, para poder iniciar cuanto antes programas específicos de intervención con la persona afectada y con sus familiares.
Tomar conciencia de las señales y dificultades de nuestro familiar o de nosotros mismo cuanto al deterioro cognitivo puede marcar un antes y un después. En el caso de demencias irreversibles, como la Enfermedad de Alzheimer, la intervención precoz puede significar el mantenimiento de la autonomía e independencia durante más tiempo, lo que se traduce en mayor calidad de vida. Por tanto, ante la detección de signos de advertencia no los ignore y consulte con el médico u otro profesional.
Algunas de las señales de advertencia de la enfermedad de Alzheimer u otras demencias que propone la Alzheimer’s Association son:
Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana
Dificultad para planificar o resolver problemas
Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre
Desorientación en el tiempo y/o en el espacio
Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo objetos se relacionan uno al otro en el ambiente
Problemas con el lenguaje oral o escrito: dificultad para encontrar palabras o nombrarlos.
Poner objetos en lugares que no son habituales y dificultades para encontrarlos
Cambios en la toma de decisiones
Reducción de la iniciativa para la realización de actividades de la vida diaria (trabajo, pasatiempos, social)
Cambios en la personalidad o en el estado de ánimo
Referencias y recursos
Bruna, O., Signo Miguel, S., y Molins Sauri, M. (2018). Intervención neuropsicológica en trastornos neurodegenerativos. Síntesis.
Ibarrola, M. L., Contreras, R. M. S., y Ortiz, A. L. S. (2016). Clasificación y criterios diagnósticos actuales de las demencias. Archivos de Neurociencias, 7.
López-Álvarez, J., & Agüera-Ortiz, L. F. (2015). Nuevos criterios diagnósticos de la demencia y la enfermedad de Alzheimer: una visión desde la psicogeriatría. Psicogeriatría, 5(1), 3-14.
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