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Rehabilitación del daño cerebral adquirido

Actualizado: 13 nov 2023

La intervención tras el daño cerebral adquirido se trata de un proceso de rehabilitación integral y continuo. Suele iniciarse con la llegada de la persona al hospital y puede extenderse durante un periodo de tiempo amplio, incluso a darse durante toda la vida. En general, la evolución de los pacientes suele ser positiva a lo largo de un año y medio o dos tras la lesión.

La Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) resalta que la rehabilitación debe ser continua durante esos meses y centrado en la persona con daño cerebral y sus necesidades y objetivos. La familia debe ser informada en todo momento y debería implicarse en el equipo rehabilitador.

"La rehabilitación es la especialidad que engloba el conjunto de procedimientos médicos, psicológicos y sociales dirigidos a ayudar a una persona a alcanzar el más completo potencial físico, psicológico, social, laboral y educacional compatible con su deficiencia física o cognitiva, intentando restablecer o restaurar la salud y la independencia" (González, 2012).


A lo largo de todo el proceso es imprescindible realizar evaluaciones periódicas, para poder adecuar los objetivos, la metodología y las acciones concretas a las necesidades de la persona, favoreciendo su calidad de vida.


El equipo rehabilitador en el daño cerebral adquirido (DCA)

Todos los programas de rehabilitación del daño cerebral deberían tener un enfoque transdisciplinar, contando con un equipo de profesionales de distintas disciplinas que estén altamente coordinados y con unos objetivos comunes establecidos.

Todos los profesionales deben poseer un alto grado de formación y especialización profesional entrada en la intervención en pacientes con alteraciones de carácter neurológico.


El equipo rehabilitador estará compuesto de al menos las siguientes especialidades:

- Medicina física y rehabilitadora

- Neurología

- Enfermería

- Neuropsicología

- Psicología clínica

- Psiquiatría

- Fisioterapia

- Logopedia

- Terapia Ocupacional

- Trabajo social


Fases de la rehabilitación del DCA

Fase crítica

Esta fase comienza con el ingreso del paciente en el hospital por vía de urgencias. El paciente suele permanecer hospitalizado en la unidad de cuidados intensivos (UCI). En esta fase se determina la gravedad de la lesión y el posible pronóstico. Para estimar la gravedad de la lesión es frecuente aplicar la Escala de Coma de Glasgow.

El objetivo principal de esta fase es mantener estable la condición médica del paciente, controlando las complicaciones que puedan surgir (por ejemplo, infecciones, complicaciones respiratorias, digestivas, neurológicas, etc.).


Los pacientes pueden reaccionar de 3 maneras:

  1. No recupera la conciencia, permanece en coma o en estado vegetativo

  2. Recupera la conciencia con distintas lesiones cerebrales que afectan a distintas áreas (alteraciones motoras, cognitivas, emocionales y/o conductuales).

  3. No necesita atención hospitalaria y sigue un tratamiento ambulatorio directamente.


Fase aguda

Esta fase comienza cuando el paciente ya ha superado la fase crítica y se muestra estable. Es trasladado de la unidad de cuidados intensivos a planta. En esta fase se debe iniciar la rehabilitación lo antes posible con el fin de potenciar al máximo la recuperación espontánea que se da gracias a la plasticidad cerebral, la cual es mayor durante las primeras semanas tras la lesión.


Se debe llevar a cabo una valoración completa por parte de diferentes profesionales. A partir de esta evaluación se determinan las funciones preservadas y alteradas y se podrán plantear objetivos concretos e individualizados.

En esta fase es indispensable comenzar la rehabilitación tanto física como de las alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales, siempre contando con la familia en todo el proceso. Es conveniente proporcionar al paciente un entorno adecuado, sin demasiados estímulos ni distractores, con rutinas diarias y realizando descansos de forma frecuente.


Fase subaguda

En esta fase, el paciente ya ha superado las etapas crítica y aguda en las que había riesgo de complicaciones, pero todavía necesita una rehabilitación de carácter intensivo y especializado. El paciente ya ha avanzado de manera significativa en su rehabilitación y puede participar y colaborar de forma activa.

Normalmente ya no necesita continuar hospitalizado, aunque sí requiere atención hospitalaria a nivel ambulatorio. Por tanto, la familia asume los cuidados desde el ámbito domiciliario y solo en los casos más severos el paciente recibe la atención en régimen hospitalario.


El principal objetivo de esta fase es continuar con la rehabilitación multidisciplinar de forma intensiva, con el objetivo de mejorar todas las capacidades del paciente y procurar el máximo nivel de autonomía. La intervención debe seguir intentando restaurar las funciones alteradas siempre que sea posible.


La familia continúa recibiendo apoyo y información para poder afrontar el impacto que supone el daño cerebral en el ámbito familiar.


Fase postaguda

El paciente ya puede permanecer en su domicilio de una forma más adecuada ya que no requiere tantos cuidados médicos. Para que así sea, el paciente no ha de tener alteraciones conductuales severas. El paciente continúa con la rehabilitación iniciada en la fase subaguda, acudiendo en régimen ambulatorio.


Los recursos asistenciales son similares a los de la fase subaguda. El paciente ya no puede obtener una mejoría significativa a través de estrategias de restauración de las funciones en las que se presenta limitaciones, por lo que la intervención se centrará en la sustitución de las funciones alteradas por otras funciones que puedan compensar los déficits o con ayudas técnicas externas.


Fase crónica

En esta fase el paciente ya se encuentra neurológica y funcionalmente estable, pero aún se requiere una intervención especializada con el fin de que no se agrave su situación, evitar un mayor deterioro y mantener en estado óptimo tato las funciones preservadas como las recuperadas.

La intervención que se proporciona en esta fase puede ser de varios tipos:

  • Consultas ambulatorias: suelen ser consultas de seguimiento

  • Centro de día: proporcionan al paciente atención y cuidado durante un tiempo limitado a lo largo del día

  • Residencias especializadas

  • Pisos tutelados: especialmente indicados para jóvenes que son independientes en gran parte de las actividades de la vida diaria pero que necesitan una supervisión y tutela profesional y especializada

  • Centros ocupacionales y de empleo

Suelen realizarse actividades de estimulación cognitiva y talleres de psicomotricidad, fisioterapia, actividades formativas, talleres ocupaciones y actividades de ocio y culturales.


Características de la rehabilitación en el DCA

  • Intervención temprana: los efectos positivos de la intervención son mayores cuanto antes se inicie el tratamiento.

  • Programa personalizado: los objetivos se deben establecer de acuerdo con el paciente y su familia, puesto que la motivación y la implicación de todos ellos en el tratamiento es indispensable para obtener óptimos resultados

  • Tratamiento holístico e integral: la intervención debe tener un enfoque biopsicosocial, trabajando sobre cuestiones físicas, cognitivas, emocionales y sociales.

  • Rehabilitación interdisciplinar y especializada: la intervención debe ser realizada por profesionales cualificados que formen un grupo coordinado y colaborador de distintas disciplinas.

  • Tratamiento continuo y encadenado: la intervención debe adaptarse a las distintas fases del proceso de recuperación del paciente, con objetivos claros y específicos que faciliten la transición entre fase y fase.

  • Programa ecológico: esto implica que las actividades sean relevantes para el paciente y su familia, con le objetivo de que las mejoras se reflejen en la vida cotidiana.

  • Marco teórico de referencia: las acciones que lleve a cabo el equipo rehabilitador debe estar basado en los avances científicos.


Referencias y enlaces de interés

González Rodríguez, B. (Ed.). (2012). Daño cerebral adquirido: Evaluación, diagnóstico y rehabilitación. Ed. Síntesis.

Muñoz Marrón, E., Noreña Martínez, D. de, & Sanz Cortés, A. (2017). Neuropsicología del daño cerebral adquirido: Traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares y tumores del sistema nervioso central (Primera edición en formato digital). Editorial UOC.



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